De cómo abrazarme


Lo mejor serí­a que vinieras desde mi adelante, precisamente cuando suelo estar con los brazos y la cabeza caída hacia un costado mirando como se mueve apenas mi pelo con alguna brisa o el brillo multicolor si lo atraviesa un rayo de sol. Que te acerques en no más de tres pasos así­ no me doy cuenta de tu empeño. También puede ser factible que esté mirando las piedritas esas que se mueven en el piso cuando hay viento, o la forma en que crece una florcita al mediodía. Todas esas son buenas oportunidades para acercarte con tenaz sigilo.
Cuando ahí me tengas tan a mano que ya creas que podés oír el rumor de la sangre correr por mis venas entonces es el mejor momento. Podés tomarme previamente de una mano con firmeza como solés hacerlo o bien directamente cruzarme un brazo por la cintura y el otro por la espalda debajo de mis brazos, con la mano buscando la nuca pero todo apoyado en mi eje. Así puesto, tenés que acercarte aun más y acercarme también. Ese es un todo-uno fluir muy preciso y delicado que requiere tu más habilidosa maniobra. Me llevas hacia a vos y sacás la brusquedad del movimiento que me mueve acercándote también. Luego acomodás mi cara de costado a la tuya o me brindarás el hueco de tu cuello para que descansen ahí­ mi boca y mis ojos, mi alma respirando tus días y el otoño.
En ese momento, te advierto, me dejaré llevar a tu vida. Reposaré como una niña en brazos de su padre o como un niño en brazos de su madre. Es muy adecuado que luego de unos segundos acaricies mi espalda con movimientos de flores creciendo, o con pájaros volando muy alto, con la firmeza de montañas recién nacidas; yo mientras tanto, aprestaré mi felina espalda. Es posible que cierre los ojos. Tratá de comprender que eso sucede involuntariamente, cuando todo el mundo hasta ahí hecho se vuelve tu piel y tu olor, tu respiración y tu marrón. También podés envolverme haciendo un poco más de presión como queriendo asimilarme levemente.
Con seguridad todo eso me llevará a algún sueño, hasta es posible que me duerma, pero no debés preocuparte. Serán solo unos segundos para vos, para mí­ el comienzo de una maravillosa felicidad que durará un tiempo mucho más extenso, probablemente infinito al recuerdo. Como regalos podés besarme suavemente la cara o hasta la misma boca, en ese caso los besos serán capullos tiernos y carmín de tibio, un mediodí­a lujurioso y dorado de mayo. Luego podés decirme Te Quiero Mi Nena, como solés hacerlo, entonces, ya sabés, me enamoraré una vez más y no podré ser otra cosa que tuya.

12 comentarios:

Emma was an angel dijo...

hermoso blog.. almost just perfect!

Ernesto dijo...

excelentes fotos. de paso te invito a mi blog

Rara dijo...

Gracias emma was an angel por haberte tomado el tiempo de leer. Me alegro por las dos, escribir por goce y poder darlo también.

Rara dijo...

Ernesto, como dije en tu blog me ha conmovido ese niño de la foto. El lugar, me recuerda a algunos visitados en mi infancia, tan cercanos en mi sentir que experimente una sensación de estar ahí. Quiero jugar con él. Meterme por esas casas viejas para socorrernos del sol hiriente. Abrazarnos inocentes y enamorarnos en el pasado. Confiar en el horizonte y echarnos a volar a cada rato seguros de vernos crecer las alas cualquier día de estos. Espero encontrarte pronto por acá y gracias por la visita

MaLena Ezcurra dijo...

Encontré alguien con identica sincronía, y es muy bello.

Besos.

Rara dijo...

Me alegro mucho Male, también me siento en sintonía con tu forma de expresarte. Besos

Ernesto dijo...

gracias por tus comentarios en tu blog, tienes email?
sobre este post, yo hace muchos fines de semana que no amo así

Hernan dijo...

De todas las direcciones posibles e imposibles vendrian mis brazos el dia que te dejes llenar de mi.

Rara dijo...

Pimero quisiera agradecerles por dejar su huella acá de que han leído, de que han estado y en particular:

ernesto: es extraño que lo digas en fines de semana... a mi no se me hubiera ocurrido medirlo así, es tan atemporal e infinito...


ipnauj: el problema de los manuales, creo que lo sabés, es que nadie los lee, o muy pocos, y suele ser tan correcta la precisión para no encontrar nunca ese problema que se nos aparece... gracias y me alegro de que le haya gustado precisamente a alguien que escribe tan bellamente como vos. saludos.

tao: querido Hernán, gracias por confiar en que ese día que va a llegar. un beso

Edmundo Dantés dijo...

Wow. Debo decir que estoy tremendamente impresionado. Es tan hermoso lo que escribes, tan sensual y al mismo tiempo tan lleno de ternura. Provocas al leerte el deseo de abrazar, tanto un abrazo reconfortante como se daría a una nena asustada ante la tormenta, como un abrazo lleno de pasión, de una pasión llena de luna y estrellas. De verdad, es bellísimo y sé desde ya que no podré dejar de leerte. Un abrazo como mariposas en el viento. ;)

Anónimo dijo...

Tienes una similitud enorme con Malena, pienso que ella te copia.

Anónimo dijo...

Lo sabes
para abrazarme a tu cuello
poesía